Hoy
gente que por no dejar de irse de cañas con los amigos hace cualquier cosa o,
mejor dicho, deja de hacer otras cosas. Y el mejor ejemplo de ello, es James Grant.
James
es un joven médico neozelandés de 24 años al que le gusta la pesca submarina. Fue cuando practicaba
este deporte, cuando sintió que alguien le agarraba una pierna. Pensando que
era uno de sus amigos, miró hacia atrás para a ver quien era. Y se encontró con
un tiburón que le estaba mordiendo
la pierna. Para soltarse utilizó su cuchillo.
Una vez
en tierra, al ver que las heridas solo tenían 5 centímetros del profundidad,
decidió no molestar a los del hospital y cosérsela él mismo con el kit de primeros auxilios.
Y, a
pesar de la pérdida de sangre, decidió ir a tomarse unas cañas con los amigos para celebrar el haber sobrevivido a un
tiburón. El lunes, aprovechó el estar trabajando en el hospital, para que un
compañero le observase y curase la herida. La moraleja de esta fábula desde luego es, te pase lo que te pase, no
puedes dejar de tomar cerveza.
Espero
que la birra que bebería fuera una Cooper´s y no una Foster´s, por que de ser
así, nada de lo que hizo tuvo sentido.
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