Este estilo,
tradicional de Goslar y después Leipzig (Alemania), se podría
resumir en una cerveza ácida y salada. Y es que entre sus
ingredientes están presentes el trigo malteado (60%), la sal y el
coriandro. Hoy en día es un estilo en vía de extinción
(preocupémonos de la cerveza y no de los pandas) donde la mayor
producción se encuentra en EEUU de la mano de Westbrook y de Dogfish
Head.
Antes de nada hay que
aclarar que a pesar de su marcada acidez y de la similitud en el
nombre, las Gose no tienen nada que ver con el estilo belga Gueuze o
Geuze. Etimológicamente este estilo fue llamado así debido a los
acuíferos salinos río de donde provenía su agua, Goslar.
Ahora en cambio, debido que los mayores productores, añaden al agua
la sal. En un principio la fermentación era espontánea, sin
embargo, hoy en día utilizan levaduras ale.
La botella tradicional
se parece a un fermentador de cobre, una base ovalada que
termina en un cuello muy largo y estrecho. Se suelen servir en el
típico vaso de trigo a una temperatura bastante baja para hacerlas
aun más refrescantes. El color varía desde el pajizo hasta el
dorado y tienen una gran cantidad de espuma blanca. En el aroma
predominan el punto a levaduras y el coriandro. Ya en la boca,
destacan la acidez, la levadura (manzana verde generalmente),
los sabores cítricos y el coriandro. El retrogusto es seco,
refrescante y salado. Debido a su salinidad, maridan muy bien con
todo tipo de pescados.
Las Gose nacieron en la
ciudad de Goslar en el siglo XII, en el momento que la ciudad
se convertía en un importante centro minero. Sin embargo, a finales
de la Edad Media, Goslar perdió su importancia minera y la
elaboración de cerveza se traslado a la ciudad de Leipzig.
Hasta la llegada del frigorífico este estilo se elaboraba
estacionalmente y se consumía muy rápidamente debido a la
facilidad con la que perdía cualidades. Durante todo el siglo XX, se
dio la decadencia de las Gose. En 1900, solamente en Leipzig,
había más de 80 locales con licencia para elaborar este estilo. Sin
embargo, la crisis del periodo de entreguerras, la Segunda Guerra
Mundial y el aislamiento soviético llevaron a la Gose casi hasta su
desaparición. En 1989, se empezó a volver a elaborarla en los
alrededores de esta ciudad alemana, gracias a Lothar Goldhahn,
uno de sus mayores defensores. En ese mismo año, los cerveceros
alemanes tuvieron que hacer una excepción, para admitir el coriandro
dentro de la Reigheistgebot Hoy en día, a pesar de que su
situación no sea extremadamente buena, es el mejor momento para las
Goses desde mediados del siglo XX.
Actualmente, en
Alemania podemos encontrar varias cerveceras que elaboran este estilo
tan peculiar. En el año 2000 abrió sus puertas en el mismo centro
de Leipzig, Gasthaus & Gosebrauereu Bayerischer Bahnof. Y
en Goslar, su ciudad natal, la Brahuaus Hartmannsdorf. Además de
estas dos, existen muchas micro-cervecerías tanto en el país
teutón, como en los EEUU que elaboran Goses de manera estacional y
en pequeñas tiradas.
Las mejores Goses según
RateBeer son las siguientes:
Cascade, Gose (EEUU)
Freigeist, LeipzigerGose Quittelsdorf (Alemania)
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