Si algo hay que
agradecer a los monjes es su cerveza, Orval, Rochefort, Westvleteren,
San Bernardus... Y estos creyentes destacan sobre todo en tres
estilos, cada uno más denso y alcohólico: Dubbel, Trippel y
Quadrupel.
Dubbel: Este estilo fue
creado por los monjes en la Edad Media. Sin embargo, hasta el siglo
XIX este estilo no fue muy popular, a partir de las guerras
napoleónicas se empezó a popularizar. De color oscuro con toques
rojizos con una espuma blanca, abundante y densa con bastante cuerpo
y gasificación. El aroma es maltoso con toques a chocolate o
caramelo. Suele estar muy presente tanto las frutas negras,
generalmente las ciruelas como el alcohol. El sabor es muy parecido
al olor, dulce y sin presencia del lúpulo. Vuelve a estar presente
las frutas negras, el alcohol y en algunos pasos es un poco picante,
dando paso a un regusto seco. Suelen tener entre 6% ABV y 7% ABV y
tienen una segunda fermentación en botella.
Trippel: Este estilo
fue elaborado por primera vez en el monasterio de Westmalle, a partir
de ahí la mayoría de las cerveceras con influencias belgas, lo
elaboran. Tiene un color rubio y claro con una gran cantidad de
espuma blanca y abundante con bastante cuerpo y mucha gasificación.
A pesar de que también es una cerveza maltosa, en este estilo está
algo más presente el lúpulo. Tiene un aroma afrutado, picante y con
toques a alcohol y lúpulo. Al probarla son picantes, tanto por el
alcohol como por la cantidad de gas, afrutadas, cítricas y
alcohólicas, con un gran predominio de la malta. Son un poco amargas
(20-40 IBU) y bastante alcohólicas (7,5% ABV y 10,5% ABV). Al igual
que las Dubbel tienen segunda fermentación en botella.
Quadruppel: Este estilo
belga, también llamado Belgian Dark Strong Ale, suele tener un color
marrón oscuro, con una gran cantidad de cremosa espuma beige y un
gran cuerpo. Tiene un aroma maltoso, depende de la cerveza pueden
estar muy presentes tanto el azúcar como el alcohol. Sin embargo, en
las más valoradas, destaca un equilibrio entre los toques de
caramelo y tostados y las frutas. El lúpulo (20-35 IBU) no está
presente ni en el olor ni en el sabor. En boca es dulce, pero no
empalagosa, afrutada y con toques a pan. Pueden tener un regusto
seco. Tienen entre 8% ABV y 11% ABV, aunque en algunas no se note en
absoluto.
A pesar de que halla
infinitas abadías cerveceras, la mayoría en Bélgica aunque también
se pueden encontrar algunas en territorios tan modernos como EEUU, el
caso de Lost Abbey, solo diez (Achel, Chimay, La Trappe, Orval, Trappist Rochefort, Westmalle, Westvleteren, Engelszell, Spencer y Zundert, estas tres últimas añadidas últimamente) tienen el sello de cerveceras Trapistas. Para conseguir este hexágono tan deseado son necesarias tres condiciones: Se tienen que elaborar dentro de los muros de un monasterio trapense, el proceso tiene que estar completamente dirigido por los monjes y la mayor parte del beneficio tiene que ir destinado a obras sociales.
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