sábado, 19 de abril de 2014

Cervecerías: Cantillon


Esta cervecería es de todo menos moderna: surgió en 1900 y es de las pocas que elabora mediante fermentación espontánea, estando especializada en Faro, Kriek y Oude Gueuze. Sin embargo, sus cervezas son incomparables y se alejan de las bombas de lúpulo y de café que a los que los americanos y escandinavos nos tienen acostumbrados.

Cantillon está situada en Anderlecht, uno de los 19 municipios de la región de Bruselas-Capital. Por decirlo de alguna forma, Anderlecht es un barrio de Bruselas que se encuentra a 4 kilometros del centro de la capital belga. Tiene 17,74 kilómetros cuadrados y 96.000 habitantes. Se considera la última cervecera artesanal de este país. Fue fundada por Paul Cantillon. La fábrica ha sido dirigida durante cuatro generaciones.

Anualmente Cantillon produce 1700 hectolitros anuales, de los cuales la mitad van destinados a producir Gueuzes. Debido a la violenta fermentación, la mitad del contenido se pierde durante el proceso. Para fabricar este estilo se necesitan entre 1 y 3 años, de los cuales la gran mayoría transcurren en barricas de madera, depende del estilo deseado. Se utilizan 2/3 de cebada malteada, generalmente malta cara, y 1/3 de trigo sin maltear y se utiliza lúpulo viejo que funciona como conservante. Para producir Gueuzes, mezclan cervezas de 1, 2 y 3 años en barrica. Las dos primeras aportan el azúcar para que se produzca la segunda fermentación en botella, mientras que la más vieja aporta carácter.

Esta cervecería, tiene dos cosas curiosas. La sala de barricas está llena de telarañas, puesto al haber cervezas con frutas, aparecen insectos que quieren comérselos. Así que las arañas se alimentan de estos pequeños intrusos logrando así que el preciado contenido siga en perfectas condiciones. También, dentro de la fábrica, se encuentra el museo de la Gueuze, para qué luego digan que ir a museos es aburrido.

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