jueves, 27 de marzo de 2014

La cerveza a lo largo de la Historia, Gruit (Parte III)


Hasta la Edad Media, la producción de cerveza estaba en las manos de mujeres, ya que su fabricación era vista como una tarea del hogar. Sin embargo, a partir de la Edad Media, este negocio se fue masculinizando gracias a los monjes. Fueron los monjes los únicos capaces de hacer “buena” cerveza ya que ellos eran los únicos capaces de leer y copiar las recetas de los manuscritos antiguos, disponían de tiempo suficiente para elaborarla y experimentar y no tenían que preocuparse por el costo de los ingredientes ya que la encargada de pagarlos era la Iglesia Católica. Poco a poco las abadías y monasterios se convirtieron en proto-industrias cerveceras. Además a los monjes les interesaba producir cerveza ya que esto suponía más peregrinos, más donaciones y más fama y poder a la orden y más cristianos, o al menos interesados.


En los monasterios existía tres tipos de cerveza, la Prima Melior, la más fuerte, dirigida a los monjes y los peregrinos destacados, la Seconda, algo más suave destinada a los peregrinos que entraban a rezar al monasterio, y la Ultima, que se les ofrecía a los peregrinos que pasaban por el monasterio.


Hasta la aparición del Gruit la cerveza monacal se servía gratis, sin embargo, debido a la mejora de sabor y el aumento del consumo, se empezó a cobrar por este líquido.


El Gruit (“Hierbas” en alemán antiguo) es el conjunto de hierbas que se encargaba de aromatizar y conservar la cerveza durante la Edad Media, antes de que fueran sustituidas por el lúpulo. Generalmente, las hierbas utilizadas eran Mirto de Brabante, Artemisa, y Milenrama (aunque la receta del Gruit puede variar según la zona donde se produjera), sin embargo, era frecuente añadirles otras hierbas, raíces o frutos, como las ericáceas, el romero silvestre, salvias...
      Mirto de Brabante: Sus hojas tienen un sabor aspero, amargo y picante. Al igual que el lúpulo, se utiliza o en la cocción junto con las maltas o en “Dry-Hopping
      Artemisa: De las tres es la planta más amarga, por lo que no se utilizaba en grandes cantidades. La planta se podía utilizar entera, aunque preferían solo aprovechar las flores y las hojas secas. Posee cualidades antisépticas.
      Milenrama: De esta planta solo se utilizaban las flores y las hojas secas. Aportaban una mezcla entre dulce y amargo y aromatizaban la cerveza.


Estas cervezas tenían un color marrón oscuro y eran muy turbias, debido al mal filtraje. Como todas las cervezas de la época eran muy nutritivas y eran bebidas por todos los estamentos. Las maltas eran torrefactas y ahumadas.

La popularización del uso del lúpulo en la cerveza empujó a esta mezcla de hierbas a un segundo plano, ya desde finales de la Edad Media. Hoy en día este estilo esta casi extinto.



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