sábado, 8 de marzo de 2014

El Agua en la Cerveza


Ya, ya se que parece contradictorio, o al menos irónico, hablar sobre agua en un blog de cerveza. Pero no hay que olvidarse que el 90% de una cerveza es agua, el elemento principal y tan determinante como el lúpulo, la malta o la levadura para darle un determinado sabor. Por eso hasta hace poco cada ciudad hacía un tipo de cerveza distinta, en función de su agua. Leipzig, en Alemania, hacía las Goses con su agua salada. Plzen revolucionó la historia de la cerveza con su pilsen hecha con agua blanda. Por tanto, el tipo de cerveza estaba ligada al tipo de agua del que disponía la ciudad.

Sin embargo, ¿Qué pasa ahora? Desde hace poco tiempo aquí los cerveceros tratan el agua para que se adecue al estilo que van a fabricar. Por lo tanto, gracias a esta técnica, ahora se pueden hacer en todos los estilos en cualquier parte del mundo.

La dureza de un agua se basa en la cantidad de sales y minerales que posea. Un agua blanda debe tener menos de 150 de dureza. Un agua moderadamente dura entre 150 y 250. A partir de 250 ya se considera dura. Por ejemplo, tanto las Pilsen como las Lagers usan aguas muy blandas con una mínima cantidad en sales. Así es más fácil conseguir el amargor y el color deseado. Sin embargo estilos ingleses como las Bitter y las Pale Ale, necesitan aguas duras es decir, con muchas sales y minerales.

Y las aguas con el sulfato cálcico bajo y con alto carbonato cálcico son ideales para cervezas Stout y Porters, es decir dulces y negras. Este tipo de agua se encuentra en Inglaterra e Irlanda, por ejemplo, sitios donde destacan sus cervezas con la malta más tostada.

La acidez del agua también es muy importante, por eso aguas con un pH bajo, como de las que dispone Belgica, se especializaron en Lambics, cervezas ácidas.

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