Y ya, con esta entrada,
acaba “Cerveza, el motor de la historia”. Ya hemos visto lo que
la cerveza consiguió en la Edad Antigua, en la Edad Media y en la
Edad Moderna. Ahora solo queda sabor que le tenemos que agradecer por
lo que consiguió en el siglo XIX y en el XX.
Todavía en el siglo
XIX la medicina no era de gran utilidad. Pero todo eso cambió con
Pasteur. En 1850 Pasteur descubrió la pasteurización, y como
no, estaba investigando sobre cerveza. Quería averiguar por qué a
veces la cerveza se ponía mala. Descubrió que la cerveza estaba
viva y que dentro de la levadura se encontraban las bacterias que
descomponían la cerveza. Así que extrapolando descubrió que las
bacterias eran las que hacían enfermar a los hombres. Esta es la
base de la teoría microbiana, la base de la medicina moderna,
y gracias a ella se han salvado millones de vidas.
En la década de 1840
llegaron dos inmigrantes alemanes a EEUU, un tal Miller y otro que se
llamaba Coors. Empezaron a fabricar Lager, pero tenían un problema,
que se necesitaba frío para elaborar este tipo de cerveza, por lo
cual solo podían elaborarla en invierno. Por lo cual invirtieron en
el negocio del refrigeracion artificial. En 1881 Carl Fordiner inventó
una máquina que por inmensas cantidades de aire frío, hizo posible
la elaboración de Lager durante todo el año. Lo que luego sería el
frigorífico, se extrapoló poco a la vida cotidiana hasta ser
un elemento indispensable y gracias al cual se han evitado muchas
muertes, ya que por ejemplo, el frío se necesita para la
conservación de medicamentos y para los trasplantes de órganos.
Todos esto, se
consiguió gracias a la cerveza. Por eso cada vez que os toméis una
birra en la cervecería o en vuestra casa pensad que os estáis
bebiendo uno de los mayores motores de la historia.
Esta
información la he extraído del documental “Cómo la Cerveza
Salvo al Mundo” del Canal Odisea. Aquí os dejo el link del
video.
http://www.youtube.com/watch?v=ajeOwoqmsxU
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