Aunque hoy en día mucha gente confunda las Pale Ales con las
Bitter, en su día se distinguían a la perfección. Lo primero de todo es que las
Pale Ales surgieron de las Bitter. Estas últimas nacieron a finales de la
década de 1800. Originalmente se servían en barriles sin presión, aunque hoy en
día también se embotellan aunque estas últimas llevan algo más de alcohol. Existen
dos tipos de Bitter, una más fuerte que otra, la Ordinary Bitter y la Best
Bitter. Como ya es costumbre, dividiremos el tema en dos.
Las Ordinary Bitter tienen un color entre ámbar y cobre
claro, con una gran claridad y una fina capa de espuma blanca. La espuma es tan
escasa debido a la poca carbonatación. El aroma es maltoso, generalmente
acaramelado, aunque también aparece el pan, galletas y tostados. El lúpulo
apenas está presente, y aparece como afrutado, floral, tesoso y resinoso
En boca son amargas, a pesar de que el lúpulo no destaque
mucho. Esta planta deja sabores terrosos, resinosos, afrutados y florales. La
malta tiene un carácter acaramelado, a tofe, a pan y galletas. Lo que más destaca en este
estilo, sin dudar a dudas, es el amargor, a pesar de que no hace sombra al
lúpulo o al cereal. Este estilo, destaca por su poco cuerpo y carbonatación.
Tienen entre 25 y 35 IBU y 3,2 y 3,8% ABV. Se recomiendan beberlas en pintas inglesas entre 7º y 10º. A, y podéis beber todo lo que queráis sin temor a emborracharos.
Los ejemplos comerciales son: Fuller´s Chiswick Bitter,
Adnams Bitter, Harviestoun Bitter and Twisted entre otros.
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